filtro carbón antiolor
Filtro de carbón, un elemento importante en una campana de cocina

Los olores de la cocina rápidamente invaden el espacio, impregnando el aire ambiente con vapores persistentes. Un extractor de cocina permite limitar estas molestias, pero no todos están equipados con un sistema de evacuación al exterior. En este caso, el aire debe ser filtrado antes de ser reintroducido en la habitación, una tarea asegurada por un dispositivo específico: el filtro de carbón antiolor. Veamos juntos por qué el filtro de carbón antiolor es útil en una campana de cocina.

Funcionamiento del filtro de carbón en una campana de cocina

Una campana en modo reciclaje no solo aspira el aire cargado de grasas y vapores: lo purifica antes de devolverlo a la cocina. Esta filtración se lleva a cabo en varias etapas.

Primero, los filtros metálicos retienen las partículas de grasa en suspensión. Luego, el aire pasa a través de un filtro de carbón antiolor, cuyo carbón activo capta y atrapa las moléculas odoríferas gracias a un fenómeno de adsorción. Esta reacción se basa en la estructura porosa del carbón, capaz de atraer y fijar ciertos compuestos volátiles.

Con el uso, el filtro se carga progresivamente con estas partículas, lo que reduce su eficacia. Un mantenimiento regular es indispensable para evitar que el aire expulsado en la habitación pierda pureza. Según el modelo, un simple reemplazo del filtro o una limpieza específica permite mantener un rendimiento óptimo.

Diferentes tipos de filtros de carbón

Elegir su campana no se limita a optar por un diseño o una potencia de aspiración. Cuando el modelo funciona en reciclaje, la calidad del filtro de carbón juega un papel determinante en la capacidad para neutralizar los olores.

Para una eficacia óptima, se deben tener en cuenta varios criterios:

  • La tasa de absorción de los olores, que varía según los modelos
  • La frecuencia de mantenimiento o de reemplazo necesario
  • La compatibilidad con una limpieza en el lavavajillas para los modelos de larga duración
  • El impacto ambiental, siendo algunos filtros más duraderos que otros
  • El coste global, incluyendo la compra y el mantenimiento a largo plazo

Filtros de carbón estándar

Estos modelos son adecuados para las campanas más comunes y aseguran una filtración eficaz de olores ligeros a moderados. Compuestos de carbón activado básico, capturan aproximadamente el 45 % de las emanaciones.

Su eficacia depende del respeto a un mantenimiento riguroso, con un reemplazo recomendado cada tres a seis meses en función de la frecuencia de uso. Un filtro saturado pierde rápidamente su poder de absorción, dejando que los olores de la cocina se difundan en la habitación.

Filtros de carbón de larga duración

Diseñados para ofrecer una mejor durabilidad, estos filtros capturan hasta el 70 % de los olores y pueden ser limpiados en el lavavajillas para prolongar su eficacia.

Después del lavado, se recomienda agitarlos para eliminar el exceso de agua y dejarlos secar en el horno durante unos treinta minutos. Su mantenimiento simplificado reduce la frecuencia de reemplazo y limita los residuos generados.

Filtros de carbón regenerables

Ofreciendo un nivel de filtración superior, estos modelos eliminan hasta el 85 % de las partículas responsables de los olores. Su estructura permite un mantenimiento regular en el lavavajillas, seguido de un secado en el horno para reactivar su capacidad de absorción.

Diseñados para un uso prolongado, constituyen una solución ideal para cocinas abiertas o espacios frecuentemente expuestos a los humos de cocción. Su costo más elevado se compensa con una longevidad incrementada, limitando la necesidad de renovación frecuente.