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Elemento imprescindible de la cocina, la encimera juega un papel determinante en la ergonomía y la estética del espacio. Solicitada a diario, debe resistir golpes, salpicaduras y variaciones de temperatura. La gama de materiales disponibles se ha ampliado considerablemente en los últimos años, ofreciendo soluciones adaptadas a todos los gustos y presupuestos. No se debe descuidar el aspecto práctico, ya que una mala elección puede resultar incómoda en el uso. Entonces, ¿qué material elegir para la encimera?
El laminado
El material más común para una encimera, el laminado atrae por su diversidad de acabados y su precio asequible. Disponible en imitación madera, efecto de hormigón encerado o colores lisos, permite personalizar el espacio sin arruinar el presupuesto.
Su resistencia a las manchas, la humedad y los productos de limpieza lo convierte en un aliado del día a día. Un simple paño es suficiente para limpiarlo.
Su principal inconveniente sigue siendo su sensibilidad al calor y a los arañazos: un plato caliente colocado directamente sobre la superficie puede dejar una marca irreversible, y el uso de un cuchillo sin protección puede dañarlo rápidamente.
A pesar de estas precauciones, sigue siendo una de las mejores soluciones para combinar estética y precio asequible. Está disponible en varios grosores, que van de 28 a 90 mm, permitiendo ajustar su apariencia a las necesidades de cada proyecto.
La piedra natural
Granito, cuarzo, pizarra o mármol, las piedras naturales confieren un indudable carácter a la encimera. Se distinguen por su solidez y su resistencia a altas temperaturas.
A diferencia de otros materiales, no temen los golpes diarios y ofrecen una gran durabilidad. Cada bloque es único, las vetas y los matices varían de un modelo a otro, garantizando un acabado a medida.
Sin embargo, algunas piedras son más sensibles que otras: el mármol y la pizarra, por ejemplo, se pueden rayar fácilmente y no reaccionan bien a las sustancias ácidas como el limón o el vinagre. El granito, en cambio, no contiene caliza y soporta mejor este tipo de agresiones.
Para aquellos que desean conservar el aspecto mineral sin los inconvenientes relacionados con el mantenimiento, la piedra reconstituida representa una alternativa interesante.
Ofrece una resistencia comparable y es más asequible, con modelos de cuarzo desde 295 € para un formato estándar de 100 x 60 cm.
El vidrio
Sinónimo de elegancia y modernidad, el vidrio templado seduce por su acabado minimalista y su capacidad para reflejar la luz. Se integra particularmente bien en las cocinas contemporáneas y aporta una sensación de ligereza visual. Fácil de mantener, no retiene manchas ni salpicaduras grasas y soporta la mayoría de los productos de limpieza.
Su aspecto luminoso lo convierte en un material de elección para una cocina con isla central, donde acentúa la percepción del espacio y añade un toque de diseño.
Para limitar estos inconvenientes, se recomienda optar por un vidrio coloreado o texturizado, que disimula mejor los micro-arañazos. Este material está disponible en acabado mate o brillante, con un precio inicial fijado en alrededor de 305 € para un formato de 100 x 60 cm.
Al elegir una encimera de vidrio, deben considerarse varios criterios:
- El grosor del panel, que influye en la robustez y el aspecto visual
- El acabado mate o brillante, según el resultado deseado
- El color, que puede ser transparente, lacado o teñido en la masa
- La facilidad de mantenimiento dependiendo de los tratamientos aplicados en la superficie
La madera
Intemporal y acogedora, la madera maciza se adapta a todos los estilos de cocinas, desde lo rústico hasta lo más contemporáneo. Su agradable textura y su aspecto evolutivo la convierten en una opción popular para quienes buscan un ambiente natural. Contrario a lo que se piensa, no está reservada solo para cocinas tradicionales y puede combinarse con materiales modernos para un efecto contrastado.
Este material absorbe bien los golpes pero requiere un mantenimiento regular para preservar sus cualidades. Un aceitado cada seis meses permite evitar que se seque y reforzar su resistencia al agua.
Su principal punto débil sigue siendo su vulnerabilidad al calor: un plato caliente colocado directamente sobre la superficie puede dejar una marca permanente.
Las especies de madera también juegan un papel clave en su durabilidad, siendo algunas más resistentes que otras. El roble y el haya son a menudo preferidos por su solidez, mientras que el bambú se destaca por su ligereza y rápida renovación.
El precio varía según la especie elegida, con modelos de gama básica desde 59 € para un panel sin tratar de 200 x 65 cm.
Après une carrière dans le commerce, j’ai changé de métier il y a plusieurs années pour devenir rédactrice spécialisée dans la maison. Vous découvrirez sur ce site mes articles liés à l’énergie (pompe à chaleur, poêle, solaire, …), décoration et bricolage.