podar higuera
Poda bien tu higuera para una buena cosecha

Tener una higuera en el jardín es un lujo que permite cosechar frutos deliciosos mientras se disfruta de la sombra de un majestuoso árbol. Sin embargo, para que este árbol mediterráneo dé lo mejor de sí, se debe prestar una atención especial a su poda. Una higuera bien cuidada no solo mejora la producción de frutos, sino que también mantiene al árbol saludable, evitando enfermedades y favoreciendo una mejor circulación del aire. La poda de la higuera, aunque sencilla en sus gestos, requiere cierta precisión y debe realizarse en el momento adecuado para no dañar el árbol. Encuentra una guía completa para podar correctamente tu higuera y disfrutar de una cosecha abundante.

¿Cuándo intervenir para podar una higuera?

La poda de la higuera se realiza en momentos específicos del año, dependiendo del clima de la región donde esté plantada y en las regiones más frías, donde las heladas son frecuentes, debe hacerse durante el período invernal, idealmente entre febrero y marzo, al igual que podar un cerezo.

En las regiones meridionales, donde los inviernos son más suaves, se puede realizar la poda desde el otoño, después de la cosecha de los frutos. Sin embargo, esta poda no es indispensable en estas zonas más templadas.

Poda de formación

Durante los primeros años de vida de una higuera, la poda de formación es indispensable para orientar correctamente el crecimiento del árbol. El objetivo principal es despejar el centro del árbol para favorecer la penetración de la luz solar y la circulación del aire.

Para ello, se recomienda eliminar las ramas internas, al tiempo que se conservan las ramas principales que dirigen la estructura hacia el exterior. Esta poda permite al árbol desarrollarse formando una corona armoniosa y equilibrada.

Poda de mantenimiento

Una vez que la higuera ha alcanzado su tamaño adulto, la poda de mantenimiento se vuelve importante y consiste en recortar todas las ramas del año a unos cuatro o cinco brotes por encima del corte anterior.
Para variar, se pueden acortar un tercio de las nuevas ramas a una distancia más larga, cuidando de dejar un número suficiente de brotes para la primavera.

Una poda demasiado severa podría incitar al árbol a producir numerosos brotes, lo que podría debilitarlo, por lo tanto, para estructurarlo y fomentar una buena producción de higos, se aconseja comenzar por eliminar todas las pequeñas ramitas que crecen en el tronco y las ramas principales.

Poda de rejuvenecimiento

Con el tiempo, una higuera puede ver disminuir su producción y desequilibrarse su silueta, la poda de rejuvenecimiento es entonces una solución para devolver el vigor a un árbol envejecido. Esta poda es bastante radical y se puede realizar de dos maneras:

  • Recortar el árbol al nivel del suelo para fomentar la aparición de nuevos brotes vigorosos a partir del tocón
  • Recortar el árbol a unos 50 cm del tronco, para que los brotes surjan de las extremidades de las ramas

Cuidados post-poda

Después de podar una higuera, es fundamental cuidar las heridas dejadas por los cortes, ya que las heridas no tratadas pueden convertirse en puertas de entrada para parásitos y enfermedades, debilitando así al árbol y para evitar esto, se recomienda sellar las heridas con un producto cicatrizante.

Existen varias opciones para los jardineros: la arcilla verde, que se puede aplicar en una capa gruesa, o masillas específicas disponibles en jardinerías.
La brou bouillie, ligeramente diluida y aplicada con un pincel, es otra alternativa.

La masilla debe aplicarse inmediatamente después de la poda, sobre una herida previamente limpiada y se debe prestar especial atención para que ni el aire ni el agua puedan infiltrarse en la herida.